Los domingos

Los domingos

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Más de un 80% de los españoles suelen escuchar música

Pese a la crisis en la que está sumida la industria musical – según el Libro Blanco de la Música en España 2013 que se publicaba el pasado Noviembre la venta de música grabada bajó un 71% en la última década- los españoles reconocen  que escuchar música es el hábito cultural más frecuente.

Además, según el Anuario de Estadísticas Culturales 2013, pese a la crisis, la asistencia a conciertos de música actual ha aumentado en los últimos años hasta alcanzar el 26%.  Y otro dato optimista para la industria sonora de nuestro país: de este porcentaje, cerca de un 50% corresponde a conciertos de pop-rock español. Se explicaría así, según estos datos, el impacto económico de esta industria en España: supera los 4.000 millones de euros de manera indirecta.  (Mientras, el impacto directo apenas supera los 900 millones de euros).

Sin duda, Internet y plataformas como Spotify o Itunes han cambiado la forma de escuchar y concebir el concepto de música: “La gente joven no concibe la música como un en compacto, decía Antonio Guisosola, Presindente de Promusicae, la Asociación de Discográficas Españolas.  Ahora este género cultural, no es algo que nos acompaña de manera puntual gracias a la puesta en marcha de un tocadiscos: la llevamos con nosotros a todas partes, igual nos acompañan los latidos del corazón. Ahora lo puntual, la excepción, es un concierto en directo: entonces sí nos gastaremos el dinero. Una catástrofe para la economía, sí. Pero ¿solo para la economía?

Hoy por hoy la música está en todas partes y casi todo el mundo puede crearla. Temas de dudosa reputación– Opá yo voy a hacer un corral- se convierten en el número uno de los 40 Principales. La masificación amenaza con destruir la calidad. Internet se convierte así en la cara y la cruz para el progreso de este género: habrá muchos más cantantes, dado que no dependerán tanto de productores para ser escuchados,  que podrán alzar la voz; pero a la vez cualquier producto es válido.

Se extiende la certeza de que nunca más habrá canciones como las que una vez ofrecieron al mundo Chuck Berry, los Rolling, los Beatles o Bob Dylan entre otros muchos. Pero pensándolo bien: ¿Es Internet el responsable o es la música que escuchamos un reflejo de la decadencia de nuestra sociedad?



Cuadro resumen del Anuario de Estadísticas Culturales 2013: Hábitos y prácticas culturales




miércoles, 4 de diciembre de 2013

Adiós al Nobel que vivió un cuento hecho realidad

"Las notas de Gustave Mahler acompañaron sus últimos latidos". Así comunicó Patricia, su esposa, la muerte del Nobel de Literatura Mario, Vargas Llosa. La cultura, y en especial el mundo de las letras, están de luto. La pluma de uno de los más importantes literatos de la lengua hispana de los últimos siglos ha dejado de escribir. El corazón del peruano, que hace poco más de tres años ganó el Nobel y hace poco menos de un mes publicaba su último artículo en El País, ha dejado de latir a los 76 años de edad. 



El novelista y periodista se marcha con más de una treintena de obras a sus espaldas, entre las que destacan nombres como "La ciudad y los perros", "Los cachorros" o "Lituma en los Andes",  cuatro hijos, seis nietos, y una viuda a la que debe todo y que hasta cuando le reñía le hacía el mejor de los elogios: "Mario, para lo único que sirves es para escribir". Comprometido con la causa de su tiempo, Vargas Llosa vio siempre la literatura como un compromiso fiel con la sociedad: "Leer es protestar contra las insuficiencias de la vida, por eso todos los regímenes dictatoriales se empeñan en acabar con la cultura", decía en el discurso que pronunció durante la recogida del Nobel. 


Aprendió a leer a los 5 años, y poco después, según le contó su madre, empezó a escribir para enmendar los finales tristes de los cuentos que leía. Nacido en Arequipa, una ciudad al sur de Perú en la que fue "el hijo sin papá" en 1936, pronto marchó a Cochabamba. Allí conoció a quien hasta ese momento había dado por muerto: su padre. Y allí,precisamente, floreció su amor por la literatura: fue la autoridad impuesta por la figura paternal la que puso punto y final al capítulo de su infancia, le hizo ansiar otra vida y buscar un refugio, un refugio que encontró en la lectura. Así, con una historia propia de la ficción, comenzó su realidad.

Ya desde muy joven, con solo 16 años,  lanzó su carrera como periodista, oficio que junto con la literatura le ha llevado a conocer y vivir más. Marxista en su juventud, fue la decepción con estos sistemas y el paso del tiempo, lo que le llevó a convertirse en un demócrata liberal, amante de la cultura democrática y las sociedades abiertas. Quizás, esa decepción vino alimentada por su pronta llegada a Europa. Desde muy joven vivió en París, ciudad en la que conoció a Balzac y Camus. También,  Berlín, Washington, Barcelona o Madrid fueron otros destinos que le llevaron a considerarse un ciudadano del mundo pero con las raíces firmes sembradas en su Perú y el tronco visible en España, lugar que le concedió la segunda nacionalidad. De ella guardaba con especial cariño el recuerdo de la Transición, a la que otorgó dotes propios del realismo mágico y de la que esperaba que los fanatismos y nacionalismos, a los que siempre detestó, no acaben con ella.

El autor para el que escribir era una manera de vivir y ganador de otros premios como El Cervantes, el Planeta o el Rómulo Gallegos, se ha ido. Se ha ido pero dejando a su paso el halo de luz que desprenden aquellos a quienes se les concede el don de la inmortalidad. Sus novelas se quedarán petrificadas en el presente. Para siempre jamás.





miércoles, 27 de noviembre de 2013

Corresponsales, una especie en peligro de extinción

 David Jiménez, para muchos el "Kapuscinski español" presenta su tercer libro "El lugar más feliz del mundo", obra en la que el autor reúne el manual definitivo sobre el periodismo de reportajes, una radiografía sobre la naturaleza del individuo y un viaje vital de quince años en busca de un destino que, a menudo, está más cerca de lo que nosotros pensamos.


Una tarde de algún mes del año, hace ya mucho tiempo - periodísticamente hablando- , David Jiménez, el corresponsal de El Mundo en Asia, entró en el despacho de Pedro J. Ramírez y le comunicó su deseo de coger la maleta y marcharse a algún lugar del planeta para, desde allí, contar historias. "No quiero estar más en la redacción", le dijo. Así que con las mismas renunció a su contrato y voló a China. A partir de este momento comenzó su andadura por Asia.  Cazador de historias en los rincones más recónditos de la tierra, el periodista es a día de hoy el corresponsal asiático por excelencia en el que es uno de los diarios más importantes de este país.

Hemos empezado su historia, que para el caso podría ser la nuestra, diciendo que fue "hace mucho tiempo periodísticamente hablando".  Y es que si en algo hubo consenso durante la presentación del libro, que tuvo lugar con motivo del #NewPaper4 que se celebró el pasado 13 de Noviembre en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid, fue en que los corresponsales son una especie en peligro de extinción. Esenciales sí, pero en peligro de extinción. Mantenerlo es caro, y en tiempos de crisis, las empresas de comunicación han decidido que pueden pasar a un segundo plano.

Y es aquí precisamente, en este punto donde, según Jiménez, Internet ha querido que esté nuestro lugar: "Esta es un profesión de pesimistas y os engañaría si os dijese que no lo tenéis difícil, sin embargo se avecinan gracias oportunidades gracias a Internet". La clave está en ir a lugares donde otros no van y darle voz a aquellos que no la tienen. El planeta Tierra es inmenso, y si a esto le sumamos que cada persona es un mundo - hay más de 7.000 millones de individuos- calculen,  el abanico de posibilidades se eleva a la enésima potencia. La curiosidad, las ganas y el querer contarlo hacen lo que las empresas periodísticas han decidido dejar a un lado. 

Ánimo. Quizás sea imposible. Pero ¿Por qué no lo comprobamos nosotros mismos?   

    Fotografia de la portada de "El lugar más feliz del mundo"



martes, 19 de noviembre de 2013

Magnum's First: porque una imagen vale más que mil palabras


                                           Werner Bischof. Hajduhadhaza. Hungría, 1947

¿Qué es periodismo? ¿Para qué sirve?
Una definición ideal, por la que muchos escriben hoy en un blog especializado en ciencia cultura, es aquella que defiende un Cuarto Poder. Un Cuarto Poder que nace con la finalidad de hacer saber a los ciudadanos qué ocurre a su alrededor y por qué. Un instrumento encargado de reproducir ese entorno libre y democrático en el que se desarrolla todo ser social.

Así entendía Ángela el periodismo hace unos años, un poco antes de empezar a viajar en el maravilloso mundo de la Universidad. Un poco antes de poner los pies en la tierra y mirar de frente a grupos y medios de comunicación. ¿Pero esto siempre fue así? Crisis, crisis y crisis. Esto no siempre fue así porque, por si no os habíais enterado aún, vivimos un momento de crisis. Crisis económica, moral y de modelo. Y es que a día de hoy los medios de comunicación son empresas con la rentabilidad económica e ideológica como principio configurador básico. 

Pero esto no siempre fue así porque tal y como muestra la exposición Magnum's First. La primera exposición Magnum, que podéis visitar en la Fundación Canal hasta el próximo 19 de enero, hubo un tiempo en el que los periodistas fueron independientes y supieron - y pudieron- dar a conocer los hechos de manera real y bella. Periodismo y arte se dieron la mano en algún lugar de la máquina del tiempo. 
Dicen que una imagen vale más que mil palabras, que hay que ver para creer. Es aquí precisamente donde la palabra del periodista y la foto del fotógrafo se alían. Se alían para hacer huella en el receptor, para que el impacto visual no sea suficiente y se quiera ir más allá. Porque una fotografía no es más que una síntesis de la noticia y sin embargo sin ella, a día de hoy, la noticia no tendría apenas sentido (entendamos sentido como relevancia, pues no sería leída por la mayor parte de la audiencia).

Magnum Photos nació conjugando los conceptos de reportero y artista y abarcó bajo sus principios a los que son considerados los mejores fotógrafos contemporáneos. Cartier-Bresson, Robert Capa o Werner Bischof, entre otros, dibujan la realidad de su época próximos al instante que retratan, siendo ellos también parte del momento que capturan con la analógica. Con ellos nació para muchos el fotoperiodismo. Un fotoperiodismo que ha evolucionado - o no - en el periodismo visual que impera en la actualidad. No obstante no estaría de más echar la vista atrás y aprender de la sutileza de estos maestros, capaces de dar vida a unas circunstancias que hacen en el espectador sensible igual mella que la imágenes sangrientas,brutas y sensacionalistas que llenan la prensa o la televisión .

Porque gracias a "perioartistas" como ellos, tengo claro porqué estudio periodismo.


domingo, 17 de noviembre de 2013

Porque la mente puede ser maravillosa

Hay ciertas cosas que, de vez en cuando, olvidamos. Que el cine no estuvo ahí siempre, y que no hace mucho era inimaginable una tarde de domingo con olor a palomitas y una película como acompañante, es una de ellas. El Caixa Forum, con la exposición "George Melíés, la magia del cine" nos lo recuerda.

"Un caballo al galope puede mantener las cuatro patas en el aire en algún momento". 1872. Dos grupos de aficionados al mundo del caballo hacen esta apuesta y, cuenta atrás, comienza la película.  A partir de este daguerrotipo y gracias al trabajo, al ingenio y a la mente maravillosa de genios como Edison o George Miliés comienza a darse forma al mundo del cine, a ese crear una vida paralela que ¿por qué no iba a ser real? Muchos experimentos, años de trabajo y sale a la cartelera la fábrica de sueños. 

Y es que, cierra los ojos y retrocede 100 años. De repente, aparece el cine. De repente puedes viajar a Saturno sin moverte del lugar. De repente lo que una te vez te contaron es real, está delante de tus ojos, en blanco y negro. ¿Qué sería hace 100 años ir al cine y ver que lo absurdo puede pasar? La cinematografía derribó fronteras hasta llegar a convertirse en un medio de comunicación más. En otro arma para crear y recrear el imaginario colectivo, para afirmar la identidad de una nación. 

Un arma que poco a poco está dejando de ser letal.  Poco a poco le roban el aire. Pero ¿dejará de respirar?  ¿El trabajo de George Meliés se desvanecerá? El cine tiene el poder de hacernos pensar. Nos demuestra que lo imposible puede pasar. Nos enseña para que no podamos olvidar. Da a la mente humana vía libre para marchar. 

Sí, tiene todos los ingredientes para desvanecerse. ¿A quién le interesa que la masa pueda pensar? Por dejarles hacer estas cosas luego pasa lo que pasa.  El universo de las películas no no conviene, y no conviene precisamente porque es maravilloso. Aún así, seguimos fascinándonos y damos gracias a George Meliés. Seguimos demostrando, abarrotando salas cuando el bolsillo nos lo permite, que nos gusta ir al cine, que nos gusta el buen cine. 

Hay quienes quieren matarlo a base del IVA. Quien reduce los presupuestos destinados a la cultura, un derecho recogido en la Constitución, y luego afirma que el cine español no es de buena calidad. Pero no tengamos miedo. La mente es maravillosa y necesita del cine para ir más allá.



                                          
                            Fotos tomadas por Ángela Castillo durante la exposición de manera ilegal.

martes, 12 de noviembre de 2013

Periodismo con pincel


"Velázquez dedicó buena parte de sus esfuerzos a satisfacer la demanda de retratos de la familia real a los que daría un uso tanto afectivo como diplomático, ya que de la prole de Felipe IV dependía buena parte de la política de alianzas europeas"



Así comienza una pequeña aventura por los retratos que el sevillano Diego de Velázquez hizo a la Familia Real hacia el año 1600. Sí. 1600. Calculen. Más de 400 años que han dado para todo y para nada. 

No hay más que adentrarse en el Museo del Prado u observar Las meninas para percatarse de que pocas cosas han cambiado. Ayer, el pintor de cámara plasmaba al poder en un mundo en el que la radio, la fotografía o la televisión eran inimaginables y el pueblo solo conocía - esto es, ponía rostro- a sus monarcas a través de la pintura. Hoy, los medios de comunicación reflejan al poder, perdón, al gobierno democrático -creo que así le llamaban- en un mundo en el que la radio, la fotografía o la televisión son nuestro pan de cada día. La historia nos muestra que los ciudadanos solo conocen, (esto es , saber una milésima parte de lo que hace), al gobierno a través del "periodismo", ya sea este impreso o base de pincel. Pintores y comunicadores. Ambos escogen una realidad y la representan al margen de la objetividad, con la intención de que veamos solo aquello que ellos -quienes ponen la pasta- quieren que veamos. Los medios siempre al servicio del poder, desde tiempos en los que la opinión pública era poco menos que un abismo.

Pero no se asusten, aún queda algo que podemos hacer. A lo largo de las 30 obras traídas de todas partes del mundo descubrimos que, pese a ser un pintor de cámara que reflejaba lo que quienes le pagaban pedían y con fines en absoluto artísticos -políticos o diplomáticos -Velázquez siempre añadía a cada cuadro un toque personal. Fue un visionario, sujeto a las reglas pero capaz de atisbar el impresionismo. Lo acabado sin acabar. Guardaba en la manga una chistera que le hacía especial. No cabe duda: la pintura, al igual que esto que llaman periodismo, ha sido y será un instrumento de manipulación más. Pero ¿qué esperamos si la palabra "negocio" reina cada renglón?

Aún así, al final del recorrido, Las meninas nos muestran que no todo está perdido. Podemos ser el Velázquez periodista. Dentro de un sistema preestablecido y ,que a juzgar por lo visto a día de hoy es la propia supervivencia la que nos lo impone, tendremos siempre la oportunidad de ser Velázquez, de crear una pincelada o, en nuestro caso, una palabra que nos diferencie del resto. Que nos haga PERIODISTAS, más allá de lo que nos griten las voces de arriba, aquellas que de paso nos ponen el plato en la mesa. Porque al fin y al cabo conocemos a su Infanta Margarita, esa que él coloreaba.

Mientras exista la belleza - y solo hay que ir al Prado para reconfirmar que existe- no hay porqué tener miedo.

                                             La Infanta Margarita

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Del papiro al ordenador y tiro porque me toca

El sonido es lo efímero, aquello que se marcha para siempre en un abrir y cerrar de ojos. 
Por eso, si hay algo que caracteriza al ser humano desde la Antigüedad, es esa necesidad de plasmar el lenguaje y hacerlo eterno, perdurable pese al paso del tiempo. Esta es la principal forma de progreso: solo a través de la escritura el conocimiento se comparte de una generación a otra y, con ello, se avanza.
Roma. Muchos años antes de Cristo. El pergamino y el papiro, el punzón y el tintero, son los principales instrumentos para enseñar costumbres, creencias y leyendas y transmitirlas así de una generación a otra. 

En algún rincón del Imperio, junto al mar de Herculano, muy cerca de Nápoles, encontramos La Villa de los Papiros, una lujosa villa suburbana y la única que se conserva gracias a que en el año 79 fue sepultada por el Vesubio.
Una villa que podemos visitar gracias a una reconstrucción virtual en La Villa de Los Papiros, una exposición que estará en la Casa del Lector del Matadero hasta el próximo 23 de abril, y en la que no solo se reconstruye este espacio, sino que se muestran los centenares de papiros que fueron hallados carbonizados en la biblioteca, escritos su mayoría en griego y que registran la ética de Epicuro. 

Un paseo por la historia de la escritura y la educación romana al ritmo de Epicuro y del epicureísmo " la búsqueda de una vida buena y feliz mediante la administración inteligente de placeres y dolores, la armonía y los vínculos de amistad entre sus correligionarios". 

Porque al fin y al cabo es esto lo que hace la cultura, la escritura, la educación y  esa manía del ser humano de hacerla eterna, fijada en algún soporte para que no se marchite ni pierda. Se pasó del papiro a la imprenta y desde allí hemos dado un salto de miles de kilómetros que nos ha traído hasta aquí, hasta la era digital. Ahora la cultura no solo está fijada, sino que además es compartida muy fácilmente e incluso imposible de ser borrada. Sí, Internet tiene muchas trabas. Obama nos espía. Pero nunca antes se ha dado al ser humano la oportunidad de crecer tanto. Si alguien no ha visto algo es porque no quiere.
Sí, son la cultura y el conocimiento los que perfilan la humanidad. Gracias a ellos somos quienes somos. Pero no olvidemos que el beso con amor nació antes de que nos percatásemos de que no éramos simples animales. Sin él nunca alcanzaremos la felicidad absoluta.



                                                 Retrato de Terenecio Neo y su mujer con rollo de papiro que se puede ver al final                                                   de la exposición

lunes, 4 de noviembre de 2013

Atrévete a pensar:desde Felipe V hasta la era dital


La Real Academia Española celebra su 300 cumpleaños con una exposición que recorre la historia de una Institución y, con ella, de un país.

Qué mejor forma de soplar velas que con una exposición que dé luz a quién eres, qué has vivido y porqué cumples tres centenas. "La lengua y la palabra", dos elementos que constituyen un lenguaje y con él un mundo, una realidad concreta, una forma particular de ver las cosas. 

Dice Vargas Llosa que "El español es una lengua moderna no solo porque la hablemos varios cientos de millones de personas en el mundo, este factor cuantitativo es importante pero no único, sino porque a lo largo de su historia ha ido evolucionando y adaptándose a las nuevas circunstancias"

Y vaya si se ha adaptado. En "La lengua y la palabra" vemos como la Real Academia Española, que fue constituida en 1713 durante el reinado de Felipe V por ocho hombres liderados por Juan Manuel Fernández Pacheco decididos a evitar el deterioro del idioma, ha pasado de ser financiada por los impuestos del tabaco - fíjense qué locura, ahora no se puede fumar ni en los bares-, a tener una aplicación para Iphone y Android.

Cuadros de Sorolla o viñetas de Mingote, tesoros guardados bajo llave y que permanecen a pesar del tiempo. Libros, objetos de valor y, sobre todo, diccionarios. Diccionarios que cuenta la historia de una Institución que ha ido marcando las pautas del lenguaje al ritmo de la historia de una nación. Desde la Ilustración a la Revolución Tecnológica, pasando por la Pepa o la incorporación de la mujer. 

Y es que han sido muchos los que han ocupado los sillones de la RAE: desde Ramón y Cajal a Gerardo Diego, pasando por José Zorrilla y Ramón y Cajal por citar algunos nombres. Muchos hombres – no tantas mujeres-  han ido modelando un lenguaje con la misión de ser cada vez más cercanos al pueblo. Porque al fin y al cabo es el pueblo, y con él todos los hispanohablantes, quienes hacen el Diccionario de la RAE.

"El mundo es un conjunto de nombres -escribe Octavio Paz- Más exactamente, el mundo es un mundo de nombres y los nombres son nuestro mundo. Si nos quitan los nombres, nos quitan nuestro mundo".

Pues eso. Que los recortes, la crisis y el IVA no tambaleen nuestro mundo. Que no sea la era más avanzada, la generación que planea viajes de un día a la una, la que haga temblar los pilares de lo que es ya un símbolo nacional.


                               Cajón de palabras

miércoles, 30 de octubre de 2013

II. Los jóvenes y la cultura: conclusiones

La totalidad de los jóvenes encuestados utiliza Internet para consumir productos culturales y casi el 100% no paga por ello


Las mujeres disfrutan de más modalidades culturales. Existen diferencias dependiendo del sexo. Mientras los hombres prefieren escuchar música, devorar un buen libro, o ver una película, ninguno afirmó ir al teatro o a alguna exposición de arte. Las mujeres, sin embargo, hacen un mayor reparto en los métodos del consumo de la cultura. Sus preferencias son la música y el cine, seguidos del teatro. Contrasta que leen tres veces menos que los chicos, aunque al menos un 10% de ellas suelen disfrutar de la pintura.

Las mujeres van más al cine que los hombres y ponen más nota al cine español Centrándonos en el cine, tan presente en los medios de comunicación por La Fiesta del Cine, vemos como dos terceras partes de los hombres dicen ir al cine en pocas ocasiones, el tercio restante suele ir con más asiduidad a ver una película. En cambio, las mayoría de las chicas suelen ir poco al cine, incluso el 10% de ellas no lo hace nunca. Además, el público masculino suele ser crítico con el cine español, ya que el 60% cree que es malo o regular, pero las jóvenes están más contentas con nuestro cine, el 60% cree que es bueno y ninguna lo considera malo o muy malo.

Incertidumbre con respecto al futuro de las formas tradicionales de consumir cultura. No hay mucha seguridad sobre qué ocurrirá en el futuro con los libros de texto impresos, los cds o los dvds. Las mujeres están totalmente divididas entre si estas formas tradicionales de consumo desaparecerán o no, mientras que los hombres que piensan que acabaremos por dejar de consumir cultura tradicionalmente superan en un porcentaje muy leve a los que piensan que continuaremos.

Los hombres gastan menos que las mujeres. Un tercio de ellos consumen menos de 10 euros mensuales en cultura, frente al bajo 10% de ellas. Por su parte, la gran mayoría de las chicas suelen gastar entre 10 y 20 euros, al igual que el 60% de los chicos. Sólo un 5% del total invierte más de 30 euros al mes en éste aspecto, y ninguno suele pasar de 50 euros.


Satisfechos con la oferta cultural madrileña. La mayoría, tanto de hombres como de mujeres, están satisfechos con la cantidad de cultura que se ofrece en Madrid.

I. Los jóvenes y la cultura

Los jóvenes y la cultura. Internet y la crisis. Cuatro elementos relacionados. Las nuevas tecnologías, la dificultad para conseguir un salario estable y las medidas del gobierno - la subida del IVA cultural en un 21%- han revolucionado la forma de consumir productos culturales. ¿Pero de qué manera?

Para averiguarlo hemos llevado a cabo un total de 100 encuestas a jóvenes de entre 19 y 21 años. 50 hombres y 50 mujeres han dado a conocer su actitud ante la cultura y qué esperan de ella en el futuro. Veamos sus respuestas





1. ¿Qué modalidad de la cultura elige?


2. ¿Con qué frecuencia va al cine?

 

3. ¿Qué opinión le merece el cine español?


4. ¿Utiliza Internet para consumir cultura?


5. ¿Cree que las formas tradicionales de consumir cultura desaparecerán?


6. ¿Paga por los contenidos culturales que adquiere en Internet?


7. ¿Cuánto dinero gasta mensualmente en cultura?



8. ¿Está satisfecho con la oferta cultural que recibe en Madrid?






miércoles, 23 de octubre de 2013

"Contar historias requiere hablar de sus protagonistas"

Sin reloj en  la muñeca y  zapatos bicolores. Con modales sureños y de incorregible timidez, el escritor y periodista estadounidense, habla de prensa y literatura, sus dos grandes pasiones que le han llevado a un salón neoyorkino con vistas a Central Park.

Acaba de publicar su última obra "Bloody Miami", una mezcla de reportaje y novela que refleja la inmigración en esta ciudad. 
Wolfe comenzó sus andaduras en el mundo periodístico escribiendo obituarios. Según él, siendo  "el último mono de la sección local". Ahora es un periodista consagrado que tiene como método para contar la realidad encontrar a una persona que haga de lazarillo y que le ayude a conocer la ciudad o la historia que quiere plasmar.
Cada mañana lee en papel el New York Times y el New York Post, pues para él ningún blog cubre lo que ocurrre en una ciudad o país como lo hace un buen periódico: "Ahora solo queda un periódico de verdad y luego eso que llaman la blogosfera".
Aunque afirma que nunca quiso ser periodista porque esta profesión no será  nunca el camino hacia la gloria, confirma que desde muy pequeño miraba fascinado las letras brillantes y afiladas  en blanco y negro de la revista agrícola que editaba su padre.
Y aquí está, en un rascacielos de la ciudad que nunca duerme y hablando del tren que le condujo a la gloria: el periodismo y con él, la literatura.
¿Por qué no?

miércoles, 16 de octubre de 2013

¿Quién es Ángela Castillo?

A punto estuve de llamarme Paula. Mis padres no se decidían y cuando mi madre me tuvo entre los brazos fue lo primero que se le vino a la cabeza. En realidad siempre les guardé algo de rencor por eso - me gusta infinitamente más el nombre de Paula-, así que de mayor, para darles un disgusto, decidí que quería ser periodista. En realidad no de tan mayor. Ya desde pequeña convertía las espadas láser de Stars Wars en micrófonos, no me preguntéis cómo. Y aquí estoy. Satisfecha con mi elección y segura de que en algún lugar de este mundo-hablo ya de periodismo- habrá un hueco para mí. Soy cordobesa pero sé castellanizar muy bien, me gusta mi carrera y con solo 20 años ya cumplí un sueño: mi padre me escuchaba cada día en el Hora 14 de la Cadena Ser.
Por cierto, a día de hoy, gracias a los Rolling, el nombre de Ángela Castillo ya no me parece tan mala opción.