La Real Academia Española celebra su 300 cumpleaños con una
exposición que recorre la historia de una Institución y, con ella, de un país.
Qué mejor forma de soplar velas que con
una exposición que dé luz a quién eres, qué has vivido y porqué cumples tres
centenas. "La lengua y la palabra", dos elementos que constituyen un
lenguaje y con él un mundo, una realidad concreta, una forma particular de ver
las cosas.
Dice Vargas Llosa que "El español es
una lengua moderna no solo porque la hablemos varios cientos de millones de
personas en el mundo, este factor cuantitativo es importante pero no único,
sino porque a lo largo de su historia ha ido evolucionando y adaptándose a las
nuevas circunstancias"
Y vaya si se ha adaptado. En "La
lengua y la palabra" vemos como la Real Academia Española, que fue
constituida en 1713 durante el reinado de Felipe V por ocho hombres liderados
por Juan Manuel Fernández Pacheco decididos a evitar el deterioro del idioma,
ha pasado de ser financiada por los impuestos del tabaco - fíjense qué locura,
ahora no se puede fumar ni en los bares-, a tener una aplicación para Iphone y
Android.
Cuadros de Sorolla o viñetas de Mingote,
tesoros guardados bajo llave y que permanecen a pesar del tiempo. Libros,
objetos de valor y, sobre todo, diccionarios. Diccionarios que cuenta la
historia de una Institución que ha ido marcando las pautas del lenguaje al
ritmo de la historia de una nación. Desde la Ilustración a la Revolución Tecnológica,
pasando por la Pepa o la incorporación de la mujer.
Y es que han sido muchos los que han
ocupado los sillones de la RAE: desde Ramón y Cajal a Gerardo Diego, pasando
por José Zorrilla y Ramón y Cajal por citar algunos nombres. Muchos hombres –
no tantas mujeres- han ido modelando un
lenguaje con la misión de ser cada vez más cercanos al pueblo. Porque al fin y
al cabo es el pueblo, y con él todos los hispanohablantes, quienes hacen el
Diccionario de la RAE.
"El mundo es un conjunto de nombres
-escribe Octavio Paz- Más exactamente, el mundo es un mundo de nombres y los
nombres son nuestro mundo. Si nos quitan los nombres, nos quitan nuestro
mundo".
Pues eso. Que los recortes, la crisis y el IVA no tambaleen nuestro mundo. Que no sea la era más avanzada, la generación que planea viajes de un día a la una, la que haga temblar los pilares de lo que es ya un símbolo nacional.
Cajón de palabras
No hay comentarios:
Publicar un comentario