A punto estuve de llamarme Paula. Mis padres no se decidían y cuando mi madre me tuvo entre los brazos fue lo primero que se le vino a la cabeza. En realidad siempre les guardé algo de rencor por eso - me gusta infinitamente más el nombre de Paula-, así que de mayor, para darles un disgusto, decidí que quería ser periodista. En realidad no de tan mayor. Ya desde pequeña convertía las espadas láser de Stars Wars en micrófonos, no me preguntéis cómo. Y aquí estoy. Satisfecha con mi elección y segura de que en algún lugar de este mundo-hablo ya de periodismo- habrá un hueco para mí. Soy cordobesa pero sé castellanizar muy bien, me gusta mi carrera y con solo 20 años ya cumplí un sueño: mi padre me escuchaba cada día en el Hora 14 de la Cadena Ser.
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