Suena un
móvil, otro, le cuelga a Ignacio González, se pone en pie, y comienza la
función. Pedro J. Ramírez, director y padre de El Mundo desde el día en que
nació, se rodeó ayer en la quinta edición de New Paper de futuros, o por qué
no, presentes periodistas para decirles lo que aún que no sabían : crisis, crisis, crisis. Crisis
pero con dos matices: por un lado, datos -en 2007 la prensa escrita facturaba
casi 2.000 millones de euros en publicidad, mientras que en 2013 esa cifra se
sitúa en 615 millones-; y por otro, un proyecto digital en manos,Orbyt, que busca hacer frente al pesimismo y que quiere, y tiene, que sacar
adelante. Por su bien, el de su equipo y el de todos.
Con la certeza
de quién sabe lo qué quiere -un medio de comunicación rentable- pero aún no
tiene claro cómo sacarlo adelante, Pedro J. se puso en pie para vendernos su
proyecto. Un proyecto con un objetivo claro: que la gente pague por consumir
información de calidad. "Cometimos un tremendo error al renunciar a cobrar
por los contenidos de valor al comienzo de la era digital". Orbyt, un muro
flexible que podrán atravesar con una suscripción quienes estén interesado en
los contenidos que aportan valor añadido, esto es, que van más allá de la mera
actualidad, al tercer periódico más importante de España, solo por detrás
de El País y Marca. Un modelo que ha funcionado en otros países y a otros
medios y que en el seno del Lazarillo de Tormes, donde pagar cuesta mucho
(capten la ironía) no es del todo capaz de arrancar.
Pero no se
alarmen. En esta nueva edición de #NewPaper no solo se nos intentó convencer de
que Orbyt era el quid de la cuestión. Pedro J. dio también una lección
de periodismo. Parafraseando a Kapuscinski, defendió el periodismo como un
oficio hecho para los honestos y como una de las maneras más decentes de vivir
la vida. Cree, por encima de todo, que esta profesión, necesaria para la
sociedad, no llegará a extinguirse nunca, y que lo único que está cambiando a
día es la manera de consumir
información. Porque blogs, tertulias o cualquier medio digital no son
suficientes para hacer frente a un poder interesado en que haya el menor número
de cabeceras posible.
Por eso y
porque lo suyo siempre fue vocacional, intenta a 62 años, se niega a tirar los
tirantes y se empeña encontrar la claves del futuro. De un futuro que avanza a
pasos de gigante y que nadie sabe muy bien hacia donde nos llevará.
Pedro J. Ramírez apaga sus móviles y bromea con una llamada de Ignacio González, Presidente de la Comunidad de Madrid
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